LEGUMBRES Y CÁNCER

El 04 de febrero fue declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “El Día Internacional contra el cáncer”, el cual incentiva a que los esfuerzos por la lucha contra esta enfermedad se enfoquen hacia una cultura de prevención, reduciendo los factores de riesgo asociados, y mejorando el acceso y tratamiento oportuno.
Como sabemos, el cáncer es causado por la multiplicación de células anormales, las cuales escapan a los diferentes mecanismos de control de nuestro sistema de defensa, y que pueden invadir tejidos u otros órganos del cuerpo (metástasis).
Células normales → células tumorales → lesión precancerosa → tumor maligno
Esta anomalía puede ser originada por diferentes agentes, o por la combinación de muchos de ellos; como lo son: el humo del cigarro, las radiaciones, las aflatoxinas, el arsénico en el agua, virus, bacterias, parásitos, etc. De igual forma, el envejecimiento es un factor de riesgo porque nuestro cuerpo se vuelve cada vez menos eficiente al momento de reparar nuestras células, y con los años se van acumulando cada vez más agentes nocivos. En Este sentido, el estilo de vida juega un rol cada vez más importante en la prevención de esta patología; es decir, nuestros hábitos diarios.
«Según la OMS, el cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo, casi 1 de cada 6 personas que fallecen es a causa de esta enfermedad».
Prevención
Para reducir la incidencia de cáncer, es importante evitar fumar, reducir el consumo de alcohol, mantenerse activos, tener un buen control del peso, aumentar el consumo de vegetales: frutas, verduras, legumbres, cereales y tubérculos; disminuir el consumo de sal y de azúcar, evitar los alimentos ultraprocesados, las grasas trans (margarina y frituras profundas) y aumentar el consumo de agua.
Dentro de los alimentos que nos sirven como preventivos ante las enfermedades oncológicas, tenemos a las legumbres. Algunas investigaciones nos indican que la adherencia a la dieta mediterránea, teniendo como base de esta alimentación a las leguminosas, disminuía el riesgo de cáncer. También se demostró que la dieta mediterránea ofrece protección contra algunos tipos de cáncer, especialmente: cavidad oral y faringe, esófago, laringe, estómago, cáncer colorrectal, de riñón, del tracto aerodigestivo superior, de próstata y de mama.
Apropósito de ello, el Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN), junto a PREDIMED demostraron que existe una asociación entre el consumo de legumbres (se estudiaron a las lentejas, garbanzos, frejoles y guisantes) con la disminución de la mortalidad en enfermedades cardiovasculares y cáncer.
En este estudio publicado en la revista “Clinical Nutrition” participaron 7 216 adultos mayores, a los que se les hizo un seguimiento por seis años, vieron que quienes consumían una ingesta mayor de legumbres (27.34g frente a 13.95g promedio al día) tenían un 49% menos riesgo de mortalidad por cáncer, en el cual destacaron las lentejas. Por el contrario, no se obtuvieron los mismos resultados en el caso de enfermedades cardiovasculares, lo que nos deja con una interrogante por resolver en futuros estudios.
«Se demostró por primera vez, que el consumo de legumbres estaba asociado con un menor riesgo de mortalidad por cáncer».
El efecto protector de las legumbres radica en que son ricas en fibra, antioxidantes – flavonoides, vitaminas y minerales con efecto anticancerígeno (como la vitamina A, E, B, hierro y selenio), ácidos grasos poliinsaturados que le brindan el efecto de inhibir el crecimiento y reproducción de las células cancerígenas, disminuir la inflamación, el estrés oxidativo y activar mecanismos de autodestrucción celular (apoptosis).
Al respecto, el tarwi o lupino es una leguminosa andina, cuyos valores ricos en proteína destacan por sobre el resto de leguminosas (mayor a la soya, lentejas y frejoles). Es un alimento rico en compuestos bioactivos que cumplen funciones preventivas y antioxidantes en nuestro organismo, destaca por su contenido en ácidos grasos insaturados como el ácido oleico (similar al aceite de oliva), minerales como calcio, hierro y zinc. Y al ser un producto de agricultura ecológica esta libre de pesticidas agroindustriales que también se han visto que tienen un efecto negativo en la salud.
En conclusión, la mortalidad por cáncer se puede reducir si los casos se detectan y se tratan a tiempo, para ello se debe promover acciones que incentiven a la población a mejorar su estilo de vida, a la detección temprana del cáncer y al acceso a cuidados paliativos.
Cada persona importa.
Cada acción cuenta.
Este #DíaMundialContraelCáncer
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Vanessa N. López Vera
Área de Calidad y Nutrición de Tarwicorp
vlopez@tarwicorp.com